Un modelo creado por el Servicio Geológico proyecta que de ocurrir una supererupción incluso se verían afectadas las comunicaciones, transporte y clima.
Un modelo informático desarrollado por el Servicio Geológico de los Estados Unidos, afirma que en el caso improbable de que ocurra una gran erupción volcánica en el Parque Nacional de Yellowstone, se generaría una nube de cenizas conocida como paraguas, que se expande en todas las direcciones, por lo que cubriría gran parte del país.
El modelo del servicio geológico, donde se utilizaron los patrones de viento históricos, expertos lograron crear un modelo de distribución de cenizas de una poco probable supererupción -el tipo más gran de erupción volcánica-, fenómeno que afectaría ciudades tan lejanas como Miami, Los Ángeles o Nueva York. Aunque, aclaran, la distribución real se vería en última instancia, cuando afecten variables como la duración de la erupción, la altura de la nube de cenizas y el tamaño de éstas.
El informe señala que en un fenómeno así -del que no se tiene ningún antecedente de que ocurra a futuro- son expulsados más de 1.000 kilómetros cúbicos de material, por lo que además se esperaría que afecte el clima, las comunicaciones y el transporte aéreo del continente entero.
Tres estados comparten el Parque Nacional de Yellowstone (Wyoming, Montana y Idaho), donde se tiene registro de tres grandes erupciones volcánicas, la última hace 640 mil años.
El análisis además recalca que de acuerdo a la actividad geológicam en Yellowstone no existen signos de que en un futuro próximo se produzca una erupción volcánica grande o pequeña. De hecho, de este último tipo, la última se produjo hace 70.000 años, generando un flujo de lava no explosivo en la sección sur del parque.
Acá un ejemplo de la posible distribución de la ceniza de una supereruption un mes de duración. Las zonas más cercanas se cubrirían con hasta un metro de ceniza.
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