Se trata de una «gran muralla» de 10.000 millones de años luz de un extremo a otro, que pone en jaque lo que creíamos saber sobre la distribución de la materia
ESO/Wikipedia
En muchas ocasiones nos hemos preguntado cómo es de grande el Universo,
hasta dónde llega y qué hay más allá del mismo. Esta última pregunta no
tiene respuesta, aunque algunos cosmólogos creen que pueden existir una
infinidad de Universos fuera
del nuestro, lo que tampoco respondería a la pregunta, pues de forma
inmediata nos preguntaríamos qué hay más allá de todos esos universos.
Tal vez esta pregunta no tenga jamás una respuesta, es superior a
nuestros pensamientos y cálculos.
La pregunta hasta dónde llega el Universo tiene
una respuesta difícil e incómoda, dado que ni tan siquiera sabemos cuál
es la forma del nuestro propio. Si pensamos en un Universo esférico,
que se expande continuamente y para siempre debido a la energía oscura,
que es una fuerza misteriosa contraria a la gravedad y que hace que el
Universo de expanda de forma acelerada, podríamos tener una respuesta
para ello.
Es imposible ver todo el Universo, por ello es tan difícil
dar una respuesta concreta. Podríamos presentar el siguiente símil:
¿puede usted ver todo nuestro planeta? Evidentemente no, nuestra vista
alcanza hasta ciertos kilómetros de distancia y lo peor de todo es que
es imposible saber que la Tierra es redonda, nos parece plana porque la
Tierra es muy grande comparados con nosotros y no podemos apreciar su
curvatura. La Luna es unas cuatro veces más pequeña que la Tierra y los
astronautas decían que no veían mucho más allá de donde estaban, porque
el horizonte estaba muy próximo y se curvaba, es decir, algo se notaba
la curvatura de la Luna, por lo que se puede intuir que no es plana
estando allí.
Algo similar pasa con el Universo, es tan vasto que a
nosotros nos parece totalmente plano. Si pudiéramos apreciar un mínimo
de curvatura, podríamos extraer inmediatamente sus dimensiones.
Podríamos pensar cómo calcular estas dimensiones conociendo la edad del
Universo, que es de 13.700 millones de años, pero el problema es que el
Universo no se ha expandido siempre a la misma velocidad, así que no
podemos dar información sobre su diámetro por este método.
Dado que existen estructuras inmensas en el Universo llamadas supercúmulos de galaxias, el Universo debe ser extraordinariamente grande, de hecho, se ha calculado, por otros métodos, que el Universo visible puede tener un diámetro de 93.000 millones de años luz,
casi un cuatrillón de km. En esta inimaginable extensión caben objetos
extraordinariamente grandes, como el mayor supercúmulo de galaxias
descubierto en el Universo visible. Existe otra parte del Universo que
no podemos ver, como ya se ha mencionado, y su luz nunca nos llegará
debido a la expansión del Universo.
Esta estructura colosal e inimaginable se llama la Gran Muralla de Hércules-Corona Boreal.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, mide la impresionante cifra de 100.000
años luz (1 año luz es aproximadamente 9,5 billones de km). La galaxia más cercana está a más de 2 millones de años luz. La Gran Muralla de Hércules Corona Boreal se encuentra a 10.000 millones de años luz de
la Tierra y tiene unas dimensiones de 10.000 millones de años luz, de
un extremo a otro, es muy alargada, ocupando casi el 11% del Universo
observable. Es más del doble del tamaño de la última macroestructura que
tenía el récord.
Qué es la Gran Muralla de Hércules Corona Boreal
El Universo es como una esponja está lleno de huecos y en
las paredes de esos huecos se asientan las galaxias, que se unen en
grupos, cúmulos, supercúmulos y murallas, formando extensos filamentos.
La Gran Muralla de Hércules Corona Boreal fue descubierta gracias al
satélite Swift y el Telescopio Fermi de rayos gamma. Se formó 4.000
millones de años después del Big-Bang y está compuesta de cúmulos de
galaxias y decenas de miles de ellas.
Esto es lo que dice el principio cosmológico, una hipótesis
esencial en la cosmología: el Universo es isótropo y homogéneo, tras el
Big-Bang, toda la energía, la temperatura y la materia se debieron
repartir de esta forma observándose a gran escala, es decir, en vastas
regiones de nuestro Universo del orden de cientos de millones de años
luz. Debemos ver las mismas propiedades en el Universo, miremos donde
miremos y estemos donde estemos.
Esta estructura, la Gran Muralla de Hércules Corona Boreal,
deja atónitos a los científicos, pues el Universo debe ser a gran
escala homogéneo y no contener un “desorden” de este tipo, es decir, una concentración tan masiva de galaxias en un lugar determinado. La Gran Muralla de Hércules Corona Boreal se salta esta regla cosmológica, por lo que hay que replantearse la homogeneidad del reparto de la materia en el Universo.
Otro inmenso grupo de cuásares, que son galaxias distantes
que emiten gran cantidad de radiación procedente de agujeros negros,
también rompió el principio cosmológico al medir, de un extremo a otro,
cerca de 4.000 millones de años luz, siendo la segunda mayor estructura
del Universo tras la Gran Muralla de Hércules Corona Boreal.
Miguel Gilarte Fernández es director del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata (Sevilla) y presidente de la Asociación Astronómica de España.
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