A pesar de lo real que pueda parecernos una ensoñación, en el cerebro fluye en dirección contraria a la realidad.
Con el objetivo de discernir los circuitos neuronales discretos, un equipo de investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison ha rastreado la actividad eléctrica en el cerebro de las personas que alternativamente imaginaron escenas o vieron vídeos.
Un problema muy importante en la investigación del cerebro es entender la conexión funcional de las distintas partes del cerebro. ¿Que zonas interaccionan? ¿Cuál es la dirección de la comunicación? Estas preguntas se las hace Barry Van Veen, profesor de ingeniería eléctrica e informática de la Universidad de Wisconsin-Madison. “Sabemos que el cerebro no funciona como un conjunto de áreas independientes, sino como una red de áreas especializadas que colaboran”.
Van Veen, junto con Giulio Tononi, profesor de psiquiatría y neurociencias de la Universidad de Wisconsin-Madison, Daniela Dentico, científica del Waisman Center de la Universidad de Wisconsin-Madison, y sus colaboradores de la Universidad de Lieja en Bélgica, publicó sus hallazgos en la revista NeuroImage. Su trabajo podría conducir al desarrollo de nuevas herramientas para ayudar a Tononi a desenredar lo que ocurre en el cerebro cuando dormimos y cuando soñamos, mientras que Van Veen espera aplicar los nuevos métodos del estudio para entender cómo el cerebro utiliza las redes para codificar la memoria a corto plazo.
Durante la imaginación, los investigadores encontraron un aumento en el flujo de información desde el lóbulo parietal del cerebro al lóbulo occipital – de una región de orden superior que combina aportes de varios de los sentidos a una región de orden menor.
En contraste, la información visual captada por los ojos tiende a fluir desde el lóbulo occipital “hacia arriba” hasta el lóbulo parietal.
“Parece que hay mucho en nuestro cerebro y en el cerebro de los animales que es direccional, que las señales nerviosas se mueven en una dirección determinada, y luego se detienen, y empiezan en otro lugar”, añade. “Creo que esto es realmente un tema nuevo que no había sido explorado”.
Para concentrarse en un conjunto de circuitos de interés, los investigadores pidieron a los participantes que vieran clips de vídeos de corta duración antes de tratar de reproducir el clip en su memoria. A otros se les pidió que imaginaran que viajaban en una bicicleta – y que se enfocaran en los detalles de las formas, colores y texturas – antes de ver un video silencioso de escenas de la naturaleza.
Por medio de un algoritmo desarrollado por Van Veen para analizar los datos obtenidos por medio de EEG, los investigadores fueron capaces de recopilar pruebas sólidas de la dirección del flujo de la información.
“Estamos muy interesados en ver si nuestros métodos de procesamiento de señales fueron lo suficientemente sensibles para discriminar entre estas condiciones”, concluye Van Veen.
Estudio: Daniela Dentico, Bing Leung Cheung, Jui-Yang Chang, Jeffrey Guokas, Melanie Boly, Giulio Tononi, Barry Van Veen. Reversal of cortical information flow during visual imagery as compared to visual perception. NeuroImage, Volume 100, 15 October 2014, Pages 237–243, doi:10.1016/j.neuroimage.2014.05.081
Fuente: University of Wisconsin-Madison
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