domingo, 9 de noviembre de 2014

Los chimpacés son inherentemente agresivos, dice estudio

De todas las especies, los humanos y los chimpancés son de las pocas capaces de participar en ataques coordinados contra otros miembros de su misma especie. Desde el reporte inicial de Jane Goodall sobre la ocurrencia de matanzas intercomunitarias, los primatólogos y antropólogos han debatido durante mucho tiempo el concepto de guerra entre el género. Las teorías de investigación han indicado que existen ganancias y beneficios que se obtienen al matar a los competidores, así como un mayor acceso a recursos clave como los alimentos o los compañeros. Por el contrario, otros han argumentado que la guerra es el resultado del impacto humano sobre los chimpancés, tales como la destrucción del hábitat o el aprovisionamiento de alimentos, en lugar de estrategias de adaptación.

Según un estudio hecho por una coalición internacional de investigadores, las agresiones entre chimpancés no son el resultado del impacto humano, sino de la agresividad inherente de éstos. Imagen de Dan Moutal (Flickr)
Según un estudio hecho por una coalición internacional de investigadores, las agresiones entre chimpancés no son el resultado del impacto humano, sino de la agresividad inherente de éstos. Imagen de Dan Moutal (Flickr)
Una nueva investigación de una coalición internacional de investigadores, publicada el 18 de septiembre en la revista Nature, ha arrojado nueva luz sobre el tema, que sugiere, a diferencia de lo que se había afirmado antes, que la invasión e interferencia por los humanos no son un predictor influyente de la agresión chimpancé-chimpancé.
El estudio comenzó como una respuesta a un creciente número de comentaristas que afirman que la violencia chimpancé fue causada por impactos humanos. “Esta es una pregunta importante. Si usamos a los chimpancés como un modelo para la comprensión de la violencia humana, tenemos que saber que es lo que realmente hace que los chimpancés sean violentos”, dijo el investigador de la Universidad de Minnesota, Michael L. Wilson, autor principal del estudio.
“Los seres humanos han impactado mucho los bosques tropicales y los chimpancés africanos, y una de las preguntas de larga data es si la perturbación humana es un factor subyacente que causa la agresión letal observada”, explicó el coautor David Morgan, investigador de la Centro Lester E Fisher para el Estudio y la Conservación de Simios en el Lincoln Park Zoo de Chicago. Morgan ha estudiado los chimpancés a lo profundo de los bosques de la República del Congo durante 14 años. “Una dato clave obtenido de esta investigación es que la influencia humana no estimula el aumento de la agresión dentro o entre comunidades de chimpancés”.
Un equipo de 30 investigadores reunió conjuntos de datos extensos que abarcan cinco décadas de investigación, recogidos a partir de 18 comunidades de chimpancés que experimentan diversos grados de influencia humana. En total, los datos incluyen el análisis del patrón de 152 asesinatos por los chimpancés. Las principales conclusiones indican que la mayoría de los atacantes violentos y las víctimas del ataque son chimpancés machos, y la información es consistente con la teoría de que estos actos de violencia son impulsadas por los beneficios de la aptitud de adaptación en lugar de impactos humanos.
“Las comunidades de chimpancés salvajes a menudo se dividen en dos grandes categorías en función de si habitan ambientes prístinos o perturbados por los humanos”, explicó Morgan. “En realidad, sin embargo, la perturbación humana puede ocurrir a lo largo de un continuo, y el estudio de los sitios incluidos en esta investigación abarcó el espectro. Encontramos que el impacto humano no predijo la tasa de muerte entre las comunidades.
“Cuanto más aprendemos acerca de la agresión chimpancé y los factores que provocan los ataques letales entre los chimpancés, los administradores de los parques y los funcionarios del gobierno estarán mejor preparados para abordar y mitigar los riesgos para las poblaciones, especialmente con el cambio de uso de la tierra por los seres humanos en el hábitat de los chimpancés”, explicó Morgan.
Estudio: Michael L. Wilson, Christophe Boesch, Barbara Fruth, Takeshi Furuichi, Ian C. Gilby, Chie Hashimoto, Catherine L. Hobaiter, Gottfried Hohmann, Noriko Itoh, Kathelijne Koops, Julia N. Lloyd, Tetsuro Matsuzawa, John C. Mitani, Deus C. Mjungu, David Morgan, Martin N. Muller, Roger Mundry, Michio Nakamura, Jill Pruetz, Anne E. Pusey, Julia Riedel, Crickette Sanz, Anne M. Schel, Nicole Simmons, Michel Waller, David P. Watts, Frances White, Roman M. Wittig, Klaus Zuberbühler, Richard W. Wrangham. Lethal aggression in Pan is better explained by adaptive strategies than human impactsNature 513, 414–417 (18 September 2014), doi:10.1038/nature13727

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