Investigadores de la Facultad de Medicina de Université Laval, y de otras instituciones, han descubierto una molécula natural que se podría utilizar para tratar la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2. La molécula, un derivado de los ácidos grasos omega- 3, imita algunos de los efectos del ejercicio físico sobre la regulación de la glucosa en sangre. Los detalles del descubrimiento, realizado por el profesor André Marette y su equipo, se publican en la revista Nature Medicine.
Algo conocido es que los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a reducir la resistencia a la insulina. En su trabajo anterior, André Marette y sus colegas habían relacionado esos efectos a un lípido bioactivo llamado protectin D1. Al investigar más a fondo, descubrieron que otro miembro de la misma familia, llamado DX Protectin (PDX), activa la producción y liberación de interleucina 6 (IL-6) en las células musculares, una respuesta que también se produce durante el ejercicio físico. “Una vez en el torrente sanguíneo, IL- 6 controla los niveles de glucosa de dos maneras: indica al hígado que reduzca la producción de glucosa, y actúa directamente sobre los músculos para aumentar la captación de glucosa”, explica el investigador.
Los investigadores utilizaron ratones transgénicos que carecen del gen de IL-6 para demostrar el enlace entre PDX e IL- 6. PDX tuvo muy poco efecto sobre el control de la glucosa en sangre en estos animales. En pruebas similares realizadas en ratas diabéticas obesas, PDX ha demostrado mejorar de forma espectacular la capacidad de respuesta a la insulina, la hormona que regula la glucosa en sangre. “El mecanismo de acción descrito para PDX representa una nueva estrategia terapéutica para mejorar el control de la glucosa”, propone el investigador. “Su eficacia puede ser comparable con la de ciertos fármacos prescritos actualmente para controlar la glucemia”.
A pesar de que PDX parece imitar el efecto del ejercicio físico mediante la activación de la secreción de IL-6 en los músculos, Marette advierte que no es un sustituto para la actividad física. “El ejercicio tiene beneficios cardiovasculares y de otras hormonas que van mucho más allá de sus efectos metabólicos en los músculos”, añade el investigador.
El siguiente paso de los investigadores será demostrar los efectos antidiabéticos en los seres humanos y determinar el receptor a través del cual actúa PDX.
Phillip J White, Philippe St-Pierre,
Alexandre Charbonneau, Patricia L Mitchell, Emmanuelle St-Amand, Bruno Marcotte & André Marette. Protectin DX alleviates insulin resistance by activating a myokine-liver glucoregulatory axis. Nature Medicine(2014), doi: 10.1038/nm.3549
Fuente: Université Laval