lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Cómo es el asteroide que más se ha acercado a la Tierra?

El pasado 15 de febrero de 2013, astrónomos de todo el mundo dirigieron sus telescopios al asteroide 2012 DA14. El objeto pasó a unos 27.700 kilómetros de la superficie de la Tierra, una distancia incluso menor que la de los satélites geoestacionarios, que orbitan a unos 35.800 kilómetros de la superficie terrestre. Éste ha sido el tránsito más cercano de un asteroide desde que se estudian las órbitas de estos objetos y se pudo predecir con tiempo.

Simulación del Sol, Tierra y Asteroide 2012 DA14 vistos desde el espacio. 2012 DA14 pasó el 15 de febrero a unos 27.700 kilómetros de la Tierra, lo que le convirtió en el NEO (Near Earth Objects) que más próximo ha transitado de nuestro planeta. Créditos: Servicio Multimedia (IAC).
Simulación del Sol, Tierra y Asteroide 2012 DA14 vistos desde el espacio. 2012 DA14 pasó el 15 de febrero a unos 27.700 kilómetros de la Tierra, lo que le convirtió en el NEO (Near Earth Objects) que más próximo ha transitado de nuestro planeta. Créditos: Servicio Multimedia (IAC).



La corta distancia de este acercamiento, que hacía que el asteroide se volviera lo suficientemente brillante como para ser estudiado con detalle desde telescopios terrestres, convirtió el paso de 2012 DA14 en una oportunidad única para aprender sobre estos pequeños objetos. Para hacerse una idea, si la Tierra fuera una pelota de tenis y la Luna una canica situada a dos metros de distancia, el asteroide habría pasado a tan solo 14 centímetros de la Tierra.
Un equipo internacional, liderado por astrofísicos españoles, ha publicado los resultados del trabajo de observación y caracterización de 2012 DA14 en la revista Astronomy and Astrophysics. El principal objetivo de este trabajo ha sido obtener nuevos y valiosos datos para comprender mejor sus propiedades físicas, así como para evaluar los efectos del acercamiento.
De acuerdo con uno de los autores del trabajo, Javier Licandro, investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y experto en asteroides: “Las aproximaciones cercanas de los asteroides a la Tierra nos dan una oportunidad única de estudiar estos objetos con gran detalle, lo que es fundamental para entender su composición y su estructura. Si consideramos que estos objetos pueden colisionar con la Tierra, este conocimiento resulta urgente para desarrollar mecanismos que logren desviar o romper los asteroides cercarnos a la Tierra que sean potencialmente peligrosos o para desarrollar estrategias que mitiguen los efectos de su impacto”.
Para observar el paso de 2012 DA14, los astrónomos especializados en el estudio del sistema solar usaron, junto con otros telescopios terrestres de menor tamaño, el Gran Telescopio CANARIAS (GTC) y el Telescopio Nazionale Galileo en el Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma. Los telescopios miraron hacia el objeto estudiado algunas horas después de su máxima aproximación a la Tierra, cuando se movía a mucha velocidad (6 kilómetros/segundo) y su órbita todavía se encontraba dentro del sistema formado por nuestro planeta y la Luna.

Datos sobre el asteroide

Después del éxito de la observación, en la que se usó fotometría en el rango visible y en el infrarrojo cercano, y espectroscopía en el visible, los investigadores abordaron el proceso de reducción y análisis de los datos obtenidos. Este objeto estaba pobremente caracterizado antes de su acercamiento en 2013 y no había ningún trabajo de investigación publicado sobre él.
Los datos obtenidos permiten hacerse una idea sobre qué minerales están presentes en la superficie del asteroide, en su mayoría silicatos y carbono. Así, el objeto puede clasificarse como un asteroide de tipo L, un tipo espectral poco común entre la población de asteroides, y con una composición mineralógica similar a la de los meteoritos conocidos como condritas carbonáceas.
“Estos meteoritos son químicamente primitivos: están constituidos por silicatos y compuestos de carbono, y se originan en asteroides que no han sufrido los procesos de diferenciación y fusión que sí experimentan los grandes asteoroides. En estos otros objetos, los materiales se compactan porque tienen más gravedad, calentándose y, por tanto, transformándose. Así, los materiales pesados que componen el asteroide se quedan en el núcleo y los livianos suben en la superficie”, explica Licandro.
El proceso de transformación que viven los asteroides de mayor tamaño provoca que su composición de minerales sea muy diferente a la que tenían cuando se formó el objeto principal. Sin embargo, con el asteroide estudiado pasa lo contrario: los minerales se encuentran en un estado similar a cuando se originó, por lo que dan una información clave sobre cómo eran los materiales con los que se constituyó el Sistema Solar.
El equipo investigador también ha hallado que el asteroide tiene un tamaño menor de lo estimado previamente. El objeto tiene unos 20 metros de diámetro y presenta una forma alargada e irregular con unas proporciones aproximadas de 40x12x12 metros. También han encontrado indicios sobre los efectos de la interacción gravitatoria del asteroide con la Tierra: durante la aproximación, 2012 DA14 habría acelerado su periodo rotacional de 9, 8 horas a 8,95 horas.

La historia de 2012 DA14

2012 DA14 fue descubierto hace más de un año: el 22 de febrero de 2012. Y tiene sello español, ya que fue en La Sagra (La Sagra Sky Survey –LSSS), un observatorio robotizado ubicado en la sierra de Granada, donde se observó por primera vez. El asteroide pasaba, de esta manera, a engrosar al registro de NEOs que la comunidad científica trata de localizar y monitorizar.
“Los asteroides son las porciones de materia que no se incorporaron a ninguno de los planetas del Sistema Solar, son los ladrillos que sobrevivieron a la formación de los planetas”, describe el investigador del IAC. Se aglutinan especialmente en el llamado cinturón de asteroides, entre Marte y Júpiter.
Fuente: dicyt

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Por cuanto tiempo más la Tierra puede albergar la vida?

Sobre la base de nuestra distancia del Sol, y las temperaturas a las que es posible que exista agua líquida, un equipo de científicos ha calculado hasta cuando la Tierra podrá ser habitable.

De acuerdo con astrobiólogos de la Universidad de East Anglia, las condiciones de habitabilidad de la Tierra prevalecerán por lo menos por otros 1.750 millones años. Crédito de la imagen: Gerd Altmann (Pixabay)
De acuerdo con astrobiólogos de la Universidad de East Anglia, las condiciones de habitabilidad de la Tierra prevalecerán por lo menos por otros 1.750 millones años. Crédito de la imagen: Gerd Altmann (Pixabay)


El equipo de investigación observó las estrellas en busca de inspiración. Usando exoplanetas (planetas fuera de nuestro sistema solar) descubiertos recientemente, como ejemplos, el equipo investigó el potencial de estos planetas para albergar la vida.
La investigación fue dirigida por Andrew Rushby, de la escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de East Anglia. El Dr. Rushby dice que han utilizado los modelos de evolución estelar para estimar el final de la vida de un planeta habitable, al calcular cuándo dejará de estar en la zona habitable. Estimamos que la Tierra dejará de ser habitable en algún momento en unos 1,75 a 3,25 mil millones de años. Después de este punto, la Tierra estará en la ‘zona caliente’ del Sol, con temperaturas tan altas que los mares se evaporan. Vendría entonces un evento de extinción catastrófica y terminal para toda la vida.
“Por supuesto, las condiciones para los seres humanos y para otras formas de vida compleja se volverán imposibles mucho antes – y esto está siendo acelerado por el cambio climático antropogénico. Los seres humanos estarían en problemas, incluso con un pequeño aumento en la temperatura, y cerca del final, únicamente los microbios en ambientes especializados serían capaces de soportar el calor”.
“Mirando hacia el pasado, sabemos que hubo vida celular en la tierra.
Tuvimos insectos hace 400 millones de años, dinosaurios hace 300 millones de años y plantas florecientes hace 130 millones de años. Los seres humanos anatómicamente modernos sólo han existido por los últimos 200 mil años – de manera que se necesita mucho tiempo para que se desarrolle la vida inteligente.
“La cantidad de tiempo habitable de un planeta es muy importante porque nos habla de la posibilidad de que evolucione la vida compleja – que es probable que requiera un período largo de condiciones de habitabilidad.
“Comparamos la Tierra con ocho planetas que se encuentran actualmente en su fase habitable, incluyendo Marte. Encontramos que los planetas que orbitan estrellas con masas más pequeñas tienden a tener zonas habitables de mayor duración.
“Uno de los exoplanetas al que aplicamos nuestro modelo es Kepler 22b, que puede ser habitable por 4,3 a 6,1 mil millones años. Aún más sorprendente es Gliese 581d, que tiene un tiempo de vida habitable masivo de entre 42,4 a 54.7 mil millones de años. ¡Este planeta puede ser cálido y agradable durante 10 veces más que lo que ha existido nuestro sistema solar!
“Hasta la fecha, no se ha detectado un planeta verdaderamente como la Tierra. Pero es posible que haya un planeta habitable, similar a la Tierra en un radio de 10 años luz, lo que está muy cerca en términos astronómicos. Sin embargo, llegar tomaría cientos de miles de años con la tecnología actual.
“Si alguna vez necesitamos movernos a otro planeta, Marte probablemente es nuestra mejor apuesta. Está muy cerca y se mantendrá en la zona habitable hasta el final de la vida del Sol – por seis mil millones de años”.
Artículo científico: Andrew J. Rushby, Mark W. Claire, Hugh Osborn, y Andrew J. Watson, “Habitable Zone Lifetimes of Exoplanets around Main Sequence Stars”, Astrobiology, septiembre 2013, 13(9): 833-849. doi:10.1089/ast.2012.0938.
Fuente: University of East Anglia